miércoles, 18 de agosto de 2021

Voliviste

Luego de muchos años de no verte, te volvi a encontrar como siempre tan tu, tan despreocupado, tan único. 
Pasaron muchas cosas en estos ultimos años, tantas que me dueles.
¿Sabes cuantas noches llore por ti? Y tu te apareces asi como sin nada para moverme el mundo y desestabilizarme de nuevo. Tu me hablas y vuelvo a caer en tu juego ¿Porque? ¿Porque despues de tantos años sigo sintiendo esto, porque siempre volvemos a iniciar este juego? ¿Porque, si el único que juega eres tu? Luego de 7 años de no verte, de cruzarnos e ignorarnos, vuelves a hablarme y mi cuerpo tiembla con cada palabra con cada mirada. Ya no se donde ocultarme, pasaron tantas cosas y aun asi nunca puede olvidarte...

jueves, 15 de junio de 2017

Te recuerdo como eras

TE recuerdo como eras en el último otoño.
Eras la boina gris y el corazón en calma.
En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo.
Y las hojas caían en el agua de tu alma.

Apegada a mis brazos como una enredadera,
las hojas recogían tu voz lenta y en calma.
Hoguera de estupor en que mi sed ardía.
Dulce jacinto azul torcido sobre mi alma.

Siento viajar tus ojos y es distante el otoño:
boina gris, voz de pájaro y corazón de casa
hacia donde emigraban mis profundos anhelos
y caían mis besos alegres como brasas.

Cielo desde un navío. Campo desde los cerros.
Tu recuerdo es de luz, de humo, de estanque en
         calma!
Más allá de tus ojos ardían los crepúsculos.
Hojas secas de otoño giraban en tu alma.

martes, 16 de mayo de 2017

No me olvides...


Hoy te fui a ver.
Cada beso, cada abrazo, cada tacto me dolia. Tus abrazos me quemaban, tus besos me ardian, todo tú me dolia.

¡Pero dios! era un dolor que necesitaba.
El extrañarte me hizo debil.
Disfrute con dolor cada beso, cada palabra que de tu boca salia, me mataste y reviviste varias veces en esas horas que conmigo compartiste.

Cuando llego la despedida, no podia despegarme de tú lado, pues una parte de mi sabia que era la última vez que sentiria tú piel junto a la mia, pero aun asi lo hice, con la esperanza de que el martes, como de costumbre vayas a mi encuentro.

Lo duro vino despues, cuando sin notarlo te encontre.
El mismo martes en que nos ibamos a ver, a una semana de la despedida, no me fuistes a buscar a mi, estabas con otra chica, creo que ahi fue cuando mas me quebre, cuando note que ya tus besos no eran mios, tus en linea no eran por mi, tus te quieros y extraño, ya no iban dirigidos a mi, aunque era yo la que estaba en esa habitación, aquellos dias.

Me llamaste como si nada luego de dejarla en su casa. Fui a tu encuentro y juntos nos fuimos como todas las tardes, desde hace 4 meses a tú apartamento.

Querido amado: Te vi con ella en la plaza esta mañana, no te dije antes porque queria disfrutarté una última vez antes de esto. Me marcho.
Me marcho para que seas feliz con esa chica, que se nota te quiero como una vez nos quisimos nosotros, perdon por el daño causado, perdon por lo poco que pude brindarte en este tiempo. Nunca podre olvidar el año de pareja que tuvimos, nunca olvidare las cosas lindas que vivimos, pero mereces ser feliz. Te amaré por siempre, mi primer y único amor....

  Siempre tuya, Lucia.

Le deje esa nota y con lagrimas en los ojos me marche, nunca mas supe nada de él.

domingo, 9 de abril de 2017

Insomnio



Son las 3 a.m
 mi cel aun espera tu llamada ¿Qué pasa? Te extraño.
Mi corazon grita tanto tu nombre que no me deja conciliar el sueño.

-Te extraño.- Susurra en silencio para no ser juzgado.
-Vuelve.- grita desesperado para ser oído. Pero olvido por un momento, que tú no puedes escucharlo.

Mi vida, te echo de menos. ¿Qué se supone que deba hacer ahora? Me dejaste en un avismo. Me enseñaste a vivir contigo, pero no sin ti. ¿Cómo se supone que sigo ahora?

Afuera llueve, pareciera que sintiera como lloro en mi interior por ti, me haces falta.
No logro apartar los momentos que vivimos juntos, una cerveza y un cigarro me acompañan, a lo vieja escuela. Los viejos trucos para calmar una herida ya no hacen efecto en mi, tu no fuiste una herida.

Tú fuiste para mi lo mejor del mundo, y te perdi. ¡Que tonto! amar a quien te ama y lastimar de la manera mas tonta. Fui una idiota al perderte y ahora te escribo para que no me leas. Como desearía que me vieras, que me vieras a los ojos y veas todo lo que oculto, toda la falta que me haces.

-Vuelve, te amo.- Grita con el ultimo aliento que le queda. Y se duerme.

Anonimo.

viernes, 26 de junio de 2015

Para Siempre.


No eran novios, no iban a serlo nunca, no por falta de ganas si no por falta de interés. Se veían a ratos, eran felices en algunos momentos puntuales Uno de ellos solía ser los fines de semana, cuando la veía en alguna fiesta, y casi siempre a las 5 o 6 de la mañana. Buscaban el calor, la pasión,no buscaban amor, ni relación estable, al menos uno de ellos. Él era libre, como el viento, como los pájaros, volaba de un lado a otro y de vez en cuando necesita posarse en algún sitio. A veces buscaba otro calor, otra cama y otras sabanas que no fuera las de ella. Ella era diferente, no necesitaba a nadie más, solo lo necesita a él, le daba igual cuanto durara el amor entre ellos, porque ella se agarro a que el significado de la palabra amor no llegaba a nada más de lo que ellos dos tenían. Ni más ni menos, ratos de pasión y quizás alguna que otra noche completa, pero a la mañana volvía la pesadilla, los mensajes a destiempo, o incluso mensaje sin responder. Ella se enfada, pero lo hacia con ella misma, le volvía a decir que no la volviera a molestar, que si esa era su manera de querer, que no la quisiera. En realidad era mentira, ella deseaba que su móvil volviera a sonar, aunque fuera a las 5 de la mañana. Quiso pensar que no había otra manera de querer. La cosa seguía, pasaban los meses y entre ellos no cambiaba nada, él era de muchas, ella solo de uno.
Le encantaba pasar noches a su lado, lo miraba mientras él dormía, no se explicaba como lo podía querer tanto. Ella sabia que él la quería, pero ese amor loco ella no lo soportaba. Pensó que seria mejor terminar toda esta aventura que la tenia loca, esta vez de verdad. Él le dijo hasta luego y le dio un beso en los labios, como siempre, pero ella sabia que no era un hasta luego, esta vez seria un adiós definitivo, fijo sus ojos en él, lo miró y lo observó hasta que él cerro la puerta. A ella se le derramo una lagrima y entre dientes dijo: ” Esta vez sí. Te voy a querer siempre..”
Llegaron los mensajes de nuevo a las 5 de la mañana, esta vez no había contestación. Comenzaron llamadas y mensajes durante días, seguía sin contestación, incluso llegaron los bloqueos a todo tipo de red social. Pasaron días, incluso varios meses, hasta que se encontraron. Ella temblaba, a él por primera vez se le hizo un nudo en el estomago, la había perdido y esta vez para siempre. Ella le había dado sentido a su vida con amor de verdad. Encontró a quien la sabía cuidar, la sabía querer. Ella no iba a querer nunca más a alguien como lo había querido a él, pero eso es lo que necesitaba en su vida, un amor tranquilo y verdadero y no volver a querer a nadie como lo quiso a él. El sentido de amor de esa relación jamas podría ser sano.
Pasaron los meses y él seguía igual, pero ahora era diferente, porque en todas las mujeres la buscaba a ella, y no la encontraba, se sentía vacío. Se maldijo mil veces por no haber sabido apreciar el amor que ella siempre había sentido hacia él durante años. Caían lagrimas de sus ojos, no se lo podía creer, lloraba por una mujer, lloraba por amor, lloraba por ella. Cogió su móvil, trago saliva y le mando un último mensaje:  ” Te echo de menos, y te necesito a mi lado ahora y siempre, nunca pensé que yo dijera esto, pero no soy feliz sin ti a mi lado. Te debí querer menos y quererte mejor, siempre te voy a estar esperando pequeña..”
Y una vez más, no hubo contestación.

Fuente: Cuentos sin Hadas.

domingo, 14 de junio de 2015

Cuando yo me vaya, no quiero que llores, quédate en silencio, sin decir palabras, y vive recuerdos, reconforta el alma.
Cuando yo me duerma, respeta mi sueño, por algo me duermo; por algo me he ido.
Si sientes mi ausencia, no pronuncies nada, y casi en el aire, con paso muy fino, búscame en mi casa, búscame en mis libros, búscame en mis cartas, y entre los papeles que he escrito apurado.
Ponte mis camisas, mi sweater, mi saco y puedes usar todos mis zapatos. Te presto mi cuarto, mi almohada, mi cama, y cuando haga frío, ponte mis bufandas.
Te puedes comer todo el chocolate y beberte el vino que dejé guardado. Escucha ese tema que a mí me gustaba, usa mi perfume y riega mis plantas.
Si tapan mi cuerpo, no me tengas lástima, corre hacia el espacio, libera tu alma, palpa la poesía, la música, el canto y deja que el viento juegue con tu cara. Besa bien la tierra, toma toda el agua y aprende el idioma vivo de los pájaros.
Si me extrañas mucho, disimula el acto, búscame en los niños, el café, la radio y en el sitio ése donde me ocultaba.
No pronuncies nunca la palabra muerte. A veces es más triste vivir olvidado que morir mil veces y ser recordado.
Cuando yo me duerma, no me lleves flores a una tumba amarga, grita con la fuerza de toda tu entraña que el mundo está vivo y sigue su marcha.
La llama encendida no se va a apagar por el simple hecho de que no esté más.
Los hombres que “viven” no se mueren nunca, se duermen de a ratos, de a ratos pequeños, y el sueño infinito es sólo una excusa.
Cuando yo me vaya, extiende tu mano, y estarás conmigo sellada en contacto, y aunque no me veas, y aunque no me palpes, sabrás que por siempre estaré a tu lado.
Entonces, un día, sonriente y vibrante, sabrás que volví para no marcharme.
Carlos Alberto Boaglio

jueves, 21 de mayo de 2015

Esta carta es para el hombre que no supo amarme


El amor nunca podrá ser una emoción pasiva ni unilateral.
Supongo que cuando nos enfrentamos a una ruptura amorosa lo primero que hacemos es buscar culpables. En este caso, y para no dejar de lado esta importante tradición, me gustaría culpar a mi propia inocencia por haberme enamorado de ti de la forma que lo hice. La verdad es que nunca imaginé que un sentimiento de esta intensidad se desarrollaría en mi interior. Fue casi como ver crecer a una pequeña planta, lentamente, cuadro a cuadro y pronto verse enfrentado a que esta pequeña se había convertido en un árbol.
A pesar de la lentitud, no fui capaz de comprender los signos de advertencia que se daban a mi alrededor. Lentamente comencé a ahogarme en la profundidad de tu mirada y tus silencios me ponían cada vez más ansiosa. Supongo que fue esto lo que me hirió más: la falta de palabras junto a las expectativas y sueños que lentamente fui tejiendo entre mis manos.
Me hirió que a pesar de que podía sentir la verdad en mi cuerpo y hasta en el frío que sentía en los huesos nunca fuiste capaz de decírmelo. Con nosotros no hubo despedidas ni palabras desgarradoras, tú simplemente te desvaneciste, como si repentinamente hubieses tenido la habilidad de hacerte uno con el aire que respiraba.
Nunca admitiste la real razón y es por eso que muchas noches sigo especulando si es que la culpa habrá sido mía. Hoy, y mientras escribo esto, he decidido que si alguien será culpable ese serás tú con tu falta de madurez y tu incapacidad de decir las cosas por su nombre. Tu silencio fue una constante casi desde el principio y las únicas veces en las que nos conectábamos era cuando decidías que tenías, finalmente, ganas de besarme.
Nunca llegué a ver más de ti que eso. Creo que estaba siempre a la espera de ese momento en el que finalmente te quitarías la máscara y me revelarías a tu verdadero yo. Imaginaba que ese sería el momento en el que nos daríamos cuenta que éramos el uno para el otro porque yo sería la única capaz de comprenderte y ayudarte. Fui ilusa e ingenua.
Finalmente me decidí a dejar ir tu recuerdo. Tu presencia ya no formaba parte de mi vida cotidiana hacía meses. Creo que he comprendido que ambos nos merecíamos el mismo tipo de felicidad, que el amor no es ni nunca podrá ser una emoción pasiva ni unilateral. Supongo que es por esta misma razón que me niego a decir que lo que tuvimos fue “amor.” Si puedo hablar de amor, y si se me permite hacerlo, llegué a la misma conclusión que muchos otros antes que yo: que el amor que realmente importa es el amor propio y que amarse a uno mismo antes que a los demás nunca pasa de moda.
Sé que el hombre a quien le escribo esta carta nunca la leerá. O quizás sí, ya no puedo asegurar nada. Independiente de lo que suceda, espero que puedas sacar una lección de esta vivencia de la misma forma que lo hice yo. Después de todo, cada cosa que nos pasa en la vida es una lección que debemos atesorar.

Fuente: Teresa Donoso